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Tener la responsabilidad sobre un equipo y perseguir resultados de excelencia requiere de nuestro máximo esfuerzo y concentración además de otras muchas habilidades que día a día y de modo inconsciente ponemos en marcha.

Recuerdo todavía con mucha frescura, pese a que hará al menos 20 años, la respuesta que me dio un candidato a un puesto de Director Comercial. El candidato al preguntarle cuáles crees que son las 3 principales responsabilidades de un “jefe” me contestó:

“la primera responsabilidad es conocer muy bien a todas y cada una de las personas de su equipo”. 
¿Y la segunda?- le pregunté-. 
“Lo mismo” – me dijo-. 
¿Y la tercera? –dije entonces-. 
Su respuesta, muy sonriente, fue la siguiente: ”pues según lo bien que haya asumido esas dos primeras responsabilidades, ya se puede centrar en el logro de objetivos.”

Yo estaba muy de acuerdo, por ello, tras un silencio y cruce de miradas con cierta complicidad, le insistí… ¿ y si no ha hecho correctamente lo anterior?

¡¡¡Que dimita, qué deje su puesto!!! –dijo-. 

Creo que en esta conversación resumo bastante bien lo que considero que es la esencia de la dirección de equipos. Da lo mismo el área de la empresa donde estemos posicionados, lo más importante para una persona que debe alcanzar resultados a través de terceros es conocer al máximo a “ esos terceros”.

Si estás leyendo este artículo y te pregunto que si conoces bien a las dos personas más cercanas de tu equipo , sin dudarlo me contestarás que SI, POR SUPUESTO! 

Si te pregunto cuántos hijos tienen, me lo dirás, pero si te pregunto cómo se llaman, ya quizá tengas dudas……… crees que es lo mismo preguntar a tu colaborador ¿cómo está tu familia?, en lugar de qué tal tu hijo Carlos hoy? ¿Ha entrenado ya en su equipo de fútbol nuevo?

Son muchas las ocasiones en las que buscamos estrategias complejas y barrocas para sacar el máximo partido de los miembros de nuestro equipo y, sin embargo, tenemos descuidados los aspectos más básicos de las relaciones humanas y que van a procurar esa complicidad y compromiso que necesito de ellos, sobre todo en los momentos de mayor dificultad.

Prueba a tomar un café cada día con una persona diferente de tu equipo, pregúntale su opinión sobre algún tema de interés personal y profesional, amplía tu círculo de conexión con esa persona. No tengas prisa al hablar con ellos, no muestres inquietud por volver a tu puesto de trabajo, ten serenidad, disfruta y pon tu atención plena. Es muy posible que ya lo estés haciendo…. Aún así, insisto en ello, hazlo de manera habitual no de modo esporádico, ni solo con esa persona con la que más afinidad tienes ya. Establece vínculos más allá de lo que te resulte cómodo, no lo dejes en un deseo o en un “a ver si surge…”.Cuando lo hagas ¡Te sorprenderás del equipo que tienes!. 

En mis seminarios sobre desarrollo de equipos y liderazgo eficaz hago mucho hincapié en todo ello.

¡¡No te obsesiones con buscar estrategias de motivación para lograr el compromiso de tu equipo: simplemente acércate a ellos, empieza pidiendo su opinión!!

Termino este primer post dedicado a mejorar la capacitación para el liderazgo de equipos con una de las citas que encontrarás en mi Rincón de la reflexión.

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